viernes, 25 de marzo de 2011

Primavera


Cuando te ofreces sin mesura
Del cielo caen duraznos
Llegando como lluvia
A la palma de mis manos
Las alfalfas enverdecen
Liberándonos su olor
Y el atardecer se mece
Aderezado con rubor

Los ríos a las lagunas
Ofrecen besos y caricias
Levantando de su tumba
Flores secas a la vida
Atrapadas en las hojas
Tiemblan gotas de roció
Pesan de lodo nuestras botas
Salgo adelante y me las quito

Cuando llega la primavera
Tu piel se muestra sudorosa
Se humedece aquella tierra
Que se viste ya de rosas
Las levaduras se cocinan
Entran estrellas a la casa
Los caballos que relinchan
La noche cálida me abraza

Los arboles mecen sus orejas
De las que cuelgan sus aretes
Flores, manzanas y cerezas
Y de los ríos salen los peces
Subo a tu espalda en un helecho
Y los mosquitos me saludan
Veo que la luna si es de queso
Desaparece así mi hambruna

Las mariposas se despiden
Se nos esfuma la humedad
El inclemente sol revive
La primavera queda atrás
Descanso exhausto entre las piernas
De los días asoleados
Cuando se van las primaveras
Porque ha llegado ya el verano.

lunes, 14 de marzo de 2011

Nada personal

No sé cómo entré
Pero no quiero escapar
Y te lo juro
No es nada personal

En un nido de pájaro
Tomo posición
De pronto bang
La bala se disparó
La presa besa el suelo
En el ambiente conmoción
Puedes visitar el nido
El rifle desapareció

De frente y sin rodeos
Detrás de la esquina
No robo billeteras
Vengo por la vida
No conozco el ruido
La víctima no grita
El cuchillo es compasivo
Mata de una herida

También pago mis impuestos
Soy un hombre culto
Aunque el lápiz
No es la causa del buen pulso
Pero si dibujar no da dinero
Con mis armas hacia el bulto
Soy un asesino a sueldo
Y no hay que pagar tributo

No sé cómo entré
Pero no quiero escapar
Y te lo juro
No es nada personal

Hombre daga
Vivo de matar
Y te lo juro
No es nada personal.

lunes, 7 de marzo de 2011

Salmo profano

Quiero saber que pecando me gano el cielo
Saber que en los murmullos de tus manos no hay maldad
Que las estrellas de tu vientre iluminan mi camino
Que la tierra prometida entre tus piernas es verdad
Que la pasión te vuelve una adicta de los juegos
De piel salada que se juntan para alientos invocar
Que los golletes de las cuevas en sus jugos se dilatan
Que irán los filos de tus dedos a mi espalda conquistar

Que vuestra flor sea avivada por la hoja de mi espada
Que se marchiten los silencios que escasean de tu sabor
Que me convenzas de habitar en las holguras de tu ropa
Que me alimentes con la sal que de tus poros asomó
Que esta puerta del que nace a mi lengua sirva vino
Que llego fuerte a las calderas lácticas de inflamación
Que logro más cuando las toco que cuando las toca el frio
Que no hay vaivenes que a los nuestros hagan competición

Que los impulsos de los dos en armonía sean concejales
Que gobiernen las siluetas en su impávido danzar
Que en su vértice tus piernas reciban una visita
Que el pasaje que se esconde allí me invite a caminar
Que los dedos de mis manos con los tuyos hagan trenza
Que los pájaros del miedo nunca vuelvan a volar
Que el sonido oscilante de los encuentros no se pierda
Que yo sea el barco que recorra toda el agua de tu mar

Que volarán las mariposas al balcón de tus orejas
Que en aleteos escucharás con besos una invitación
Que de tus palmas hagas lluvia que me bañe el cuerpo entero
Que jubiloso y agitado suene el eco de tu voz
Que las persianas de tus ojos se conviertan en mi celda
Que me acorralen hacia donde tus placeres sean el sol
Que llore gozo de tu carne hacia mis líquidos deseos
Que las cosquillas a los dos nos prendan fuego al interior