Por todo el dolor que hoy me embarga
quisiera poder decir:
¨Un día el sol te volteará la espalda
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti,
un día toda el agua te va a saber amarga
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti,
un día las noches te resultaran frías y
largas
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti,
un día tus ojos se van a llenar de
lágrimas
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti,
un día los recuerdos serán suicidas armas
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti,
un día los años te cobrarán facturas caras
y vas a suplicar que alguien se apiade de
ti.
Y ese día yo pediré en mis plegarias
tener la fuerza para dejarte sufrir,
que se endurezcan mi corazón y mis
entrañas,
que no me dé la gana apiadarme de ti.¨
Pero la verdad, deseo que no te pase nada,
que jamás sientas lo que yo sentí;
que, aunque a mí me desampare la gracia,
Jamás sea necesario apiadarme de ti.
Anselmo Hurtado Mena
Guanajuato, Guanajuato, 13 de noviembre de 2013
Al final, toca ser caballero. Una ultima vez
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